Qué es la regla 30-3-30, la fórmula sencilla para moverse más y combatir el sedentarismo

En una época en la que las horas frente a la computadora, el celular o la televisión se acumulan sin darnos cuenta, la pregunta sobre cuánto movimiento necesitamos para compensar tanto tiempo sentados se ha vuelto fundamental. El sedentarismo, considerado uno de los males silenciosos de la vida moderna, puede sumar fácilmente entre ocho y diez horas diarias de inactividad, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y otros trastornos metabólicos.

Para revertir sus efectos, los especialistas recomiendan una fórmula sencilla que se ha vuelto tendencia en los últimos años: la regla 30-3-30. Esta estrategia propone levantarse y moverse durante tres minutos por cada 30 minutos que se permanezca sentado. El objetivo no es realizar un ejercicio intenso, sino activar la circulación y romper los largos periodos de inmovilidad. Esos tres minutos pueden incluir caminar unos pasos, estirarse, subir escaleras o simplemente moverse dentro del espacio de trabajo.

El método se completa con la recomendación de incorporar, siempre que sea posible, 30 minutos de caminata rápida diaria o día por medio, lo que permite alcanzar los 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico que sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según los expertos, esta combinación ayuda a mantener el cuerpo activo y a prevenir los efectos negativos de pasar demasiadas horas sentado.

El médico y divulgador Daniel López Rosetti, de la Universidad de Buenos Aires, explica que incluso una caminata rápida de 30 minutos, aunque valiosa, no es suficiente para contrarrestar por completo el impacto del sedentarismo prolongado. De ahí la importancia de incorporar pausas activas y pequeños movimientos a lo largo del día. “No se trata de grandes esfuerzos, sino de constancia: moverse cada media hora puede marcar la diferencia en la salud y el bienestar general”, señala el especialista.

Aplicar la regla 30-3-30 en la rutina cotidiana es más sencillo de lo que parece. Se puede programar una alarma o recordatorio para levantarse cada media hora, aprovechar las pausas laborales para caminar o estirarse, e incluso realizar llamadas de pie o caminando. Estos pequeños cambios acumulativos reducen la rigidez muscular, mejoran la postura, favorecen la oxigenación del cerebro y aumentan los niveles de energía a lo largo del día.

En definitiva, la regla 30-3-30 no busca reemplazar el ejercicio formal, sino complementarlo. Su poder radica en interrumpir el ciclo de inactividad constante y promover una relación más equilibrada con el movimiento, clave para mantener una vida más saludable y activa en tiempos dominados por las pantallas.

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